El lado oscuro del BDSM: 1. Introducción

Este artículo forma parte de la serie El lado oscuro del BDSM, resumido de  la revista online Cuadernos de BDSM Especial N°2.


1.1 Un tema polémico.

 De nada sirve decir que el problema no existe, esconder la cabeza e intentar barrer la miseria bajo la alfombra. Todos los que tenemos amigos y conocidos suficientes dentro del BDSM y la sensibilidad de querer escuchar, hemos conocido historias inquietantes de acoso y malos tratos, pero preferimos pensar que son excepciones, que el BDSM no es eso y que esta pareja tan glamurosa y bien vestida que va a las fiestas y es el centro de atención, no puede ocultar una historia tan turbia.

Siempre me ha resultado muy curioso ver que existen grandes expertos en las técnicas del S/M, inmovilización, spanking… se hacen talleres, se dan charlas, se organizan cursos. Claro, una suspensión mal hecha puede tener consecuencias muy graves y sobre todo muy visibles. El daño físico se aprecia a simple vista, pero ¿y el daño psicológico, que puede ser mucho más grave? Con mucha alegría se administran castigos sin saber el daño moral que pueden ocasionar, y sin embargo, no conozco amo/a que no presuma de ser un experto en dominación psicológica. […] Con la excusa de la entrega se comenten muchos atropellos a la dignidad de la otra persona. Siento mucho decirlo, pero el BDSM presenta muchos recovecos oscuros y somos nosotros quienes tenemos que iluminarlos desde dentro, no para demostrar nada a nadie, sino para dar sentido a la sexualidad que hemos elegido.

 1.2 BDSM y sexismo.

Por sexismo, se suele entender la superioridad innata del hombre sobre la mujer y por tanto, su derecho a disponer de su vida en propiedad. Es la base de la violencia de género y su justificación. Es bien cierto que como principio el BDSM no tiene nada que ver, ya que de ser así, no habría amas y sumisos. Además se sobreentiende que la mujer que se entrega al hombre, lo hace por su propio gusto y voluntad y no porque éste sea un derecho natural del hombre. Pero no seamos ingenuos, no se pueden eliminar siglos y siglos de represión, machismo y mentalidad ultra religiosa de un plumazo. Si la sociedad en general, está aún inmersa en un sistema de creencias y actitudes, que en general, benefician al hombre sobre la mujer, sería muy ingenuo pensar que no afecta también a la comunidad BDSM.

No se dice en voz alta, porque no es políticamente correcto, pero no son pocas las personas de nuestro ambiente que sienten y opinan que la relación natural de dominación/sumisión es la que se produce entre una sumisa y su amo. […]En definitiva, muchos opinan que la máxima realización de la mujer es entregarse a un amo que sea merecedor de ello. De ahí se deduce, que la sumisión femenina, no es una opción, sino parte intrínseca de su naturaleza.

Para ser bien entendido, el BDSM tiene que partir de la igualdad de sus participantes, de otra manera no tiene sentido ya que si uno no es dueño de sí mismo y puede elegir libremente entre ser independiente o someterse a otra persona ¿qué valor tiene su entrega?

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